Es común que se asocie el entrenamiento de la fuerza muscular a fines estéticos. Sin embargo, los beneficios que se obtienen van mucho más allá y vale la pena considerarlos e invertir tiempo en ello. La contracción del músculo libera sustancias beneficiosas a nuestro organismo llamadas mioquinas, las cuales ayudan a reducir la inflamación, fortalecer los huesos, optimizar la función cognitiva, mejorar el sistema inmune, regular el metabolismo y mejorar la sensibilidad a la insulina.
Se ha visto que más masa muscular se asocia con menor riesgo de diabetes, mayor supervivencia ante un cáncer y menor riesgo de enfermedad cardiovascular. Además, la fuerza y la masa muscular son buenos predictores del riesgo de mortalidad en la población, incluyendo a jóvenes. En una revisión sistemática y metaanálisis llevada a cabo el año 2018, que tuvo como objetivo determinar la relación entre la fuerza muscular y el riesgo de mortalidad por todas las causas, concluyó que los niveles de fuerza muscular en la parte superior e inferior del cuerpo se asocian con un menor riesgo de mortalidad en la población, independientemente de la edad y el período de seguimiento.
Además, el músculo cumple un rol de reserva fisiológica, y ante casi cualquier tipo de intervención quirúrgica, desde algún tipo de tratamiento o incluso trasplante de órganos, las personas con mayor masa muscular tienen menor índice de mortalidad y se recuperan antes. En usuarios con cáncer el entrenamiento de fuerza ayuda a mejorar los síntomas y la calidad de vida, mejorando significativamente la movilidad, la sensación de fatiga y el dolor, sin causar efectos adversos o complicaciones a largo plazo estando adecuadamente prescrito.
¿Y en el caso de los niños? En la última década se ha producido un notable incremento en la implantación de programas de entrenamiento de fuerza para niños y adolescentes. La evidencia científica y la experiencia clínica del entrenamiento de fuerza en niños y adolescentes demuestran que es útil, eficaz y seguro si se prescribe y supervisa adecuadamente, con beneficios potenciales para la salud a nivel físico, social y psicológico.
Por último, el hecho de perder masa muscular implica una pérdida en la fuerza muscular, lo cual trae como consecuencia final una reducción de la capacidad que tenemos para generar tensión frente a cualquier resistencia, peor calidad de vida o incluso aumenta la probabilidad de morir por cualquier causa.
Ahora que sabes lo importante que son nuestros músculos y la fuerza muscular…
¡A entrenar!
Referencia Bibliográfica
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