Cuando buscamos una disminución en el peso corporal la principal variable a controlar es la ingesta de calorías en tu balance diario, semanal, mensual, etc. Este balance energético no solo varía por la ingesta de calorías, también depende del gasto o consumo energético, por ello podemos plantear la siguiente pregunta ¿En qué gastamos energía?

Para responder dicha pregunta debemos conocer primero la tasa metabólica basal (TMB) que corresponde a la energía necesaria para realizar las funciones vitales de nuestro organismo en reposo, siendo este, el factor más influyente en el consumo energético diario por lo que su estimación precisa es crucial para determinar la dieta.

Otro factor importante es la actividad física, siendo el segundo mayor consumo energético después de la TMB, representado entre el 15%-30% del gasto total diario. En este apartado, podemos dividir la actividad física en dos subgrupos el EAT (Termogénesis relacionada con el ejercicio físico) y el NEAT (Termogénesis no-relacionada con el ejercicio físico). 

El EAT es toda aquella actividad física planificada, estructurada y repetitiva cuyo objetivo es mejorar la composición corporal y/o salud física y mental.

El NEAT es el gasto de energía que normalmente no consideramos e incluye la energía gastada para mantener y cambiar la postura, así como en todas las actividades realizadas cotidianamente en el día a día (sin involucrar el ejercicio físico a intensidad moderada-vigorosa). Estas actividades de baja intensidad, no planificadas ni muy estructuradas, pueden tener un efecto notable sobre la tasa metabólica y como resultado, estimular un mayor gasto energético con el tiempo. El NEAT representa el componente predominante de la termogénesis (generación de energía) de la actividad diaria (exceptuando entrenamientos deportivos de alto rendimiento y/o entrenamientos de resistencia)

En un nivel inferior (en cuanto a gasto energético) encontramos el efecto térmico de los alimentos (TEF), este representa entre el 5%-10% del gasto energético diario y se relaciona con la energía utilizada en los procesos de digestión, absorción y almacenamiento de alimentos.

Finalmente, se debe resaltar la importancia del NEAT como una fuente de consumo energético sumamente relevante en el balance diario. Un aumento en las actividades que realizamos durante el día (por ejemplo, preferir escaleras convencionales a la escalera mecánica, caminar o andar en bicicleta para movilizarse) sumado a la dieta acorde a tus requerimientos, aumenta el potencial para alcanzar el objetivo de disminuir el peso corporal.

• Best Fitting Prediction Equations for Basal Metabolic Rate: Informing Obesity Interventions in Diverse Populations, 2013